Mi nombre es Celso. Soy de Honduras y como un ciudadano consciente me preocupa lo que estamos haciendo con nuestro medio ambiente.  

Según Sameh Wahba, Director de Prácticas Mundiales de Desarrollo Urbano “La gestión inadecuada de los desechos está produciendo la contaminación de los océanos del mundo, obstruyendo los drenajes y causando inundaciones, transmitiendo enfermedades, aumentando los enfermedades respiratorias por causa de la quema, perjudicando a los animales que consumen desperdicios, y afectando el desarrollo económico, por ejemplo, al perjudicar el turismo”, Así es, uno de los problemas que me preocupa mucho y nos afecta a todos y todas es lo que estamos haciendo con la basura. Un problema global que compromete nuestros recursos finitos y en especial a los que están por venir. 

Hoy quiero contarles brevemente la historia de J. Kawas en Catacamas. Un grupo de voluntarios y pequeñas empresas locales que nos hemos articulado para emprender acciones por el empoderamiento climático con la intención de incidir en esta realidad que todos deseamos ver diferente y en particular con la basura que generamos.    

El nombre de nuestra organización nace para mantener viva la memoria histórica de la primer mujer ambientalista asesinada un 6 de febrero de 1995 en Honduras. A 26 años de su muerte, nuestro país se ha caracterizado por ser uno de los territorios más hostiles para defender los recursos naturales.

J. Kawas- Catacamas surge en como un intento de transformar las ideas en acciones. A finales del 2020, personas con conciencia ambiental emprendimos lo que en aquel entonces solo eran sueños. Hicimos público nuestro interés por comenzar a hacer algo por mitigar el cambio climático. Tan pronto lanzamos la convocatoria a finales del 2020, logramos reunir alrededor de 50 personas con la voluntad de formarse y emprender actos concretos.

Comenzamos la formación, porque creemos que la educación es la herramienta más poderosa para cambiar el mundo. Hemos impartido charlas sobre agricultura orgánica, procesos de compostaje y educación ambiental. Llevamos a cabo nuestra primera siembra de plantas de cortes amarillo en la entrada de las cuevas de talgua, un sitio turístico que en unos años podrá contar con un paisaje escénico producto de las flores amarillas que florecerán de estos árboles.

La pasamos muy bien, fue un excelente tiempo en el que entramos en contacto con la tierra y las plantas.

A pesar de contar con pocos recursos monetarios, por el momento, hemos venido financiando las actividades y cubriendo los costos del proyecto con ventas de plantas de orégano, albahaca, menta, perejil, etc.  Hace cuatro meses aproximadamente comenzamos con uno de nuestros objetivos principales: la separación de desechos orgánicos para la producción de compostaje. Se han involucrado alrededor de 20 familias, 2 restaurantes locales, un campesino y su hijo en lo que va del proceso. Estamos muy contentos porque hace una semana logramos vender nuestra primera cosecha de abono empacada en bolsas de 10 y 20 libras. Las personas se impactan y se motivan cuando escuchan el propósito de nuestras actividades porque vivimos en una zona donde este tipo de iniciativas son pocas por no decir que inexistentes. Quizá para algunos, esto podría ser insignificante. Pero a esos les digo: “A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar. Pero el mar sería menos si le faltara una gota”

Nuestro sueño es que se involucre la mayor cantidad de actores, incluyendo el gobierno municipal y por qué no el nacional. Nuestro sueño es contar con una planta de compostaje municipal en donde se produzca abono orgánico de calidad, apoyemos a los pequeños y medianos agricultores en sus cultivos de café y le demos un valor agregado a un producto que representa un alto índice de los productos que se exportan en nuestro país. En estos momentos nuestra organización necesita un vehículo y fondos para hacer crecer la red de recolección. la que necesita elaborar el perfil del proyecto y su constitución legal para formalizar los procesos de gestión de recursos.  Si quieres ser parte de nuestra comunidad puedes encontrarnos y seguirnos en Facebook como “Kawas” y en Instagram como “Huertosj.Kawas”.

Creo que todo podemos hacer algo, por muy pequeño que sea, esto puede contribuir a cambiar los malos hábitos que hemos venido arrastrando de generación en generación.

Cierro con una idea que resume mi principal motivación y que la recibí en uno de los talleres que más me impactó de transformadores de Honduras sobre los ecosistemas impartido por Zarela Alvarado:

• Somos la primera generación consciente del daño que le estamos haciendo al planeta como ecosistema, y por eso somos la primera generación con el poder y la información para cambiarlo.