La incidencia colectiva para la recuperación de la cultura barrial <span>– Flor Raquel Euceda Funez</span>
Publicado el 01/20/2022
La incidencia colectiva para la recuperación de la cultura barrial – Flor Raquel Euceda Funez
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Por Laura NatarénComo miles de hondureños/as, crecí en un barrio, esos espacios constituidos por niños, niñas, obreros/as, profesores/as, amas de casa, madres solteras, alcohólicos ende las esquinas, espacios donde siempre quisieron hacerme creer que solo había perversión y muerte. Nunca nadie me hablóhablo de la cantidad de cultura que existe en los barrios., Lla fui descubriendo día tras día mientras luchábamos por el acceso a la salud, educación o una vivienda digna., Ddescubrí la cultura que existe en los barrios mientras luchaba con el estigma y con las marcas de discriminación por ser “Del Carri” o de “La nueva Suyapa”, pero, aun así, la gente que somos de barrio seguimos existiendo, creando nuevas formas de comunicación, de educación, solidaridad y empatía.
Pareciera que el mundo nunca le ha pertenecido a los que somos de barrio, porque los barrios solo han sido vistosibilizados en los noticieros cuando aparece algún muerto o algún encostalado.; ¡pero mMi barrio es más que muerte y violencia! y eEscuchar frases comoel “tenes que salir del barrio, tenes que prosperar” cada día me cansa más, por eso ya es hora de que hablemos de la importancia y el valor de las culturas barriales existentes, tan diversas y excepcionales, pero tan poco documentadas. ¿Qué tanto valor encontramos en un barrio? Mucho, a decir verdad, desde las formas de organización colectiva para echar a andar el campeonato de Fútbol, hasta las redes de apoyo que se materializan en la venta de rifas o comida para salir adelante., Ttodas estas expresiones de cultura se han visto minimizadas porque siempre se nos ha hecho creer que lo único que se puede relatar desde la marginalidad de nuestros barrios son hechos violentos y que esta es la única historia que se nos tiene permitido relatar.
Los barrios de Honduras se han constituido alrededor de instituciones y sitios que cumplen un rol destacado, esos puntos concurridos de reunión siempre veremos muchas personas del barrio, tales como “la esquina”, “el chino”, “las canchitas”[1] [G2] , en estos lugares he visto surgir grandes estrategias de trabajo colectivo, ideas excepcionales de jóvenes antes las problemáticas sociales, tanta creatividad e ingenio que se ha visto ignorado por años. Por eso considero urgente la necesidad de iniciar un proceso de reivindicación de estas existencias barriales, no porque nos guste vivir en la marginalidad, sino porque es necesario que nosotras y nosotros, la gente de barrio, dejemos de ser invisibles.
América Latina posee una tradición y un saber-hacer importantes en materia de programas públicos de mejoramiento urbano de barrios marginados, en Honduras, estos programas han sido iniciativas orientadas únicamente a la provisión de infraestructuras vinculadas a la dotación en servicios urbanos básicos (agua, saneamiento), dejando de lado la participación ciudadana y la coproducción de los proyectos que realmente impulsen la integración barrial, social y simbólica de las comunidades y los individuos. Por eso esta propuesta está orientada a la implementación de programas, que, mediante el uso de arte y cultura, busquen esa transformación estructural de lo social y lo físico. Quiero aclarar que no se trata de impulsar grandes proyectos de regeneración en áreas urbanas valorizadas (centros históricos, zonas centrales codiciadas) o en proceso de valorización (áreas de baldíos en proceso de recuperación por parte de las autoridades o del sector inmobiliario), ya que Honduras atraviesa la profundización de un modelo extractivista, y una de las formas de hacerle frente a este modelo es construyendo un fuerte sentido de pertenencia y resistencia comunitaria.
Es urgente el llamado a invertir en acciones que se centren en la parte social, para esto partiremos mapeando asociaciones mutuales, clubes sociales, comités políticos y centros de saber popular y potenciaremos los roles que cumplen cada uno de estos en el barrio, siendo ellas y ellos los impulsores de espacios dedicados a la cultura., Eesto nos ayudará a evidenciar que la intervención física va acompañada de la creación de escenarios de calidad que invitan a la participación ciudadana a través de procesos participativos de recuperación de espacios públicos y entornos familiares, iniciando en la colonia el Sitio que posee problemas de deterioro urbano como de vulnerabilidad social., Eel primero nos remitirá a ocuparnos de situaciones como la segregación urbana, el déficit y el deterioro del espacio público, la infraestructura y la degradación del medio ambiente; y el segundo a ocuparnos de la situación de los habitantes: un débil sentimiento de pertenencia, estigmatización, deterioro de las relaciones sociales e inseguridad ciudadana.
Entrar al barrio siempre es difícil, por eso empezaremos acciones simples que busquen activar la participación de los habitantes (realización de murales) para dejar un registro de la intervención en el espacio barrial, esto a su vez será el primer peldaño para revertir la dinámica de estigmatización y empezar a contar las historias del barrio. El desarrollo de estas acciones culturales/sociales para trabajar la vulneración social no solo requiere de la colaboración de todos los grupos que constituyen esta sociedad barrial, sino también de institutos de formación en educación formal y no formal y tomadores de decisión para que puedan brindar apoyo físico y logístico que vayan orientados a colaborar con la reivindicación de la identidad barrial.
Con un primer apoyo logístico y económico, esta iniciativa puede ser sostenidasostenido a largo plazo ya que la identidad de una sociedad está en permanente cambio y esta debe ser construida y recuperada permanentemente evitando márgenes de incertidumbre en la identidad de los diferentes actores sociales. De hecho, la sinergia de esta propuesta, cuya gran diversidad es de destacar, puede constituir, a mediano/largo plazo, una herramienta predilecta para reducir las desigualdades sociales, /económicas y/ culturales del país.
Es tiempo ya de que la cultura e historia de barrio se den a conocer. Que se empiece a contar la vida por quienes la viven, y no por terceros o terceras que ven ese mundo desde lejos llenos de miedo y prejuicios.
Flor Euceda.
Se asume que el lector conoce el significado de estos espacios. ampliar brevemente que entendemos por esquina (como lugar de ocio), chino y canchitas.