¿Qué cualidad describe a una Honduras transformada? – Nadia Seren

Nadia Seren
Que pensamos

¿Qué cualidad describe a una Honduras transformada? – Nadia Seren

Autora: Nadia Seren

¿Qué puedo hacer por mi país?

Era esta la constante pregunta que me acompañaba en el largo viaje de Tegucigalpa hacia San Pedro Sula, una tarde de abril de 2019. Aunque mis ojos estaban fijos en el hermoso paisaje verde pino que ofrecen las imponentes montañas de nuestro país, mi mente estaba en las palabras que había escuchado de diversos intelectuales hondureños; con los cuales, los miembros fundadores de ADH habíamos tenido una serie de conversaciones días atrás, en torno a la difícil situación del país. Al mismo tiempo, reflexionaba en los hallazgos del sondeo de opinión publica del ERIC-SJ del 2018, cuyas páginas mostraban datos preocupantes, que aun hoy, presentan un peligro para la frágil democracia hondureña. Al final de ese viaje, decidí no dejar sin respuesta a esa pregunta.

En un país con una profunda crisis de institucionalidad, donde la población tiene poca o ninguna confianza en sus gobernantes y en el cual los tres poderes del estado son ficción más que una realidad; la participación ciudadana activa y efectiva en la vida pública de Honduras debe ser la punta de lanza del movimiento reformador de nuestra nación, y su presencia cotidiana en el sustento de nuestros procesos democráticos, uno de los principales indicadores de una Honduras transformada.   

Para lograr este objetivo debemos superar varios retos, pero sin duda alguna, dos de los principales son la educación de la población en cultura política y el brindar los espacios suficientes que aceleren ese proceso. Como habitante de la costa norte que ha trabajado en el sector privado, la búsqueda de estos espacios y de este tipo de conocimiento se vio alimentada por mi preocupación debido a los crecientes índices de corrupción e impunidad, que me afectan de manera directa como ciudadana contribuyente y que han despertado un deseo de ayudar a que nuestro país salga del Tártaro en el que le han sumergido las élites políticas y económicas corruptas. Sin embargo, escribo estas líneas desde el privilegio que me facilitó el obtener una educación universitaria que, a su vez, me permitió adentrarme en ámbitos de instrucción en temas nacionales. La mayoría de mis compatriotas viven en circunstancias adversas como lo es la extrema pobreza, teniendo pocas posibilidades de acceso a este tipo de capacitación, que hoy comprendo, es una necesidad apremiante el que la tengan a su alcance desde sus comunidades; lo anterior, con el objetivo de ir cultivando un pensamiento crítico desde una perspectiva de los problemas políticos, económicos y sociales que sufre Honduras y que juntos necesitamos resolver.

Mediante un proceso de formación constante que debe llegar a las áreas urbanas como rurales, podremos empoderar a más hondureños y sumarlos a este esfuerzo de transformación de Honduras, un empoderamiento que varias organizaciones de sociedad civil, incluida ADH, ya han comenzado a impulsar y eso me llena de esperanza de que un mejor futuro es posible. Si bien es cierto que los cambios necesarios tomarán un tiempo en lograrse, estoy segura que con los esfuerzos ya encaminados, comenzaremos a ver la emisión de un voto más informado y una población que será más estratégica al exigir transparencia y rendición de cuentas a las autoridades. La corrupción endémica reflejada en el manejo de la pandemia del Covid-19 y la falta de planificación que agravó los daños causados a la economía tras el impacto de dos huracanes, son algunos de los síntomas de la crisis institucional y de liderazgo que sufre Honduras; los cuales pueden evitarse si fortalecemos los mecanismos de participación ciudadana en la toma de decisiones a nivel gubernamental. A esto debe apuntar una nueva administración para recuperar la salud de nuestra democracia, la confianza del pueblo hondureño en las instituciones públicas y el estado de derecho.  

La Honduras que sueño, esa nación transformada, es aquella en la que todo ciudadano tenga la libertad de participar en el ejercicio pleno de sus deberes y en la exigencia de sus derechos sin el temor a la censura o la represión.  Una Honduras en la que sus hijos deseen sentirse constantemente conectados a ella, como de forma tan elocuente lo expresaba el célebre escritor hondureño Froylán Turcios al decir “…me sumaré a sus energías; y en el hogar, en la sociedad o en los negocios públicos, en cualquier aspecto de mi destino, siempre tendré presente mi obligación ineludible de contribuir a la gloria de Honduras.”